Capitulo uno: desorden mental.
¿Por donde empiezo? Por el principio diría usualmente, pero mi cabeza es un maremoto de pensamientos y ya no si ni cual es el principio. Estoy llena de cosas, problemas, soluciones, cosa que no me molesta, pero ya comienzo aceptar que es tarea difícil la de estar pendiente del universo de cada persona que me rodea. Desde mi mejor amigo, pasando por las malditas personas que alguna vez cumplieron la función de enamorar a mis amigas, sin olvidarse de las personas que haciéndome más importante no se cansan de criticarme sin motivo, y obviamente hasta chicos. Encima, como para ponerle humor a la situación, llueven mas problemas, empiezan a revelarse mis ex amores. Me pongo en la situación de estar entre en limite, en donde hay que elegir reír o llorar. Lo pienso, claro otro pensamiento, doy todavía mas vueltas. Prefiero, me decido a reír. Después de todo, yo soy así, o eso creo. Si, río, mejor río. Porque como mi amiga Vicu me hace repetir una y otra vez: nunca sabes cuando alguien puede enamorarse de tu sonrisa. A poner en practica el dicho, sonreir, y la unica opcion que me queda pensar, y resolver. Y bueno, y reir.
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