La nostalgia se aloja en mi cabeza, no me queda más que aprender a vivir sola. Mi mente no es otra cosa que un cementerio de recuerdos, que duelen y duelen. Minutos, en los que la herida se abre, recuerdo y duele. Fantasmas de momentos y personas que no vuelven jamás, porque no hay reloj que de vuelta hacia atrás. Minutos que se burlan de mi, minutos pasajeros de un tren que no tiene destino. Minutos que duelen, minutos que mueren, minutos que se estrellan en mi, minutos que me hacen llorar.
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