nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. no nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merecer cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.
John Lennon.
amén.

21 de marzo de 2011

1.

No se como habíamos llegado a eso, ¿debía pellizcarme?
Estábamos los dos juntos caminando, su mano entrelazaba la mía., y no hacíamos más que mirarnos. Si, Gonza, el chico de mis sueños, era él.
El mundo parecía ser nuestro y nada mas importaba. Llegamos a ese viejo edificio, el cual era bordeado por un escalón. Me pare en el y empecé a caminar, sin soltar la mano de mi chico, lo que normalizaba un poco la notable diferencia de estatura de 19 cm (de su parte, claro). Esa gigante sonrisa parecía no querer soltar mi cara, cosa que hacia de este momento algo mas embarazoso. Y si hay algo que no puede lograr una chica tan torpe como yo, es mantener el equilibrio mientras se dan este tipo de pensamientos en mi cabeza.  Y esta de mas decir que me caí, pero ya no importaba (demasiado) porque ahí estaba el, ofreciéndome una mano para levantarme mientras trataba de ocultar su hermosa risa. Era de imaginarse, que mi nivel de vergüenza incrementaba por minuto. Hubo momentos donde, no reconocí sus tiernas y caballerosas actitudes; pero ya no le daba importancia a eso, porque mi felicidad parecía no tener fin.
Me tomo por sorpresa, me acorralo con sus dos brazos y una mirada muy profunda, donde la felicidad parece no parar de elevarse. Corrió un mechón de pelo de mi cara. Era  todo tan perfecto, tan soñado. Y, del dicho al hecho, sonó mi despertador. Mi teoría de hace muchos renglones atrás, se había confirmado, si,era todo un sueño. ¿Por qué no me pellizque? No se, estaba disfrutando de la perfección. “Todo tiene un final, todo termina”, me entristecía saber que esa frase encajaba perfectamente a mi iluso e irreal sueño.
No era la primera vez que soñaba con el, y eso es algo que odiaba. No tanto como “odiaba” a Gonzalo mismo, pero odiaba con mi corazón a esos sueños.
Volviendo al momento de mi abrupto despertar… seis y media de la mañana, otro “casi” inútil día de lo que se llama escuela. Cito el casi, porque para mi suerte (la poca que tengo) existen personas que todavía me toleran y las llamo amigas.
Tratando de prestar atención a lo que estaba haciendo, me doy cuenta de mi genial y colorida combinación de medias distintas. Desayuno: una tostada al piso. Definitivamente, hoy es un buen día.
Viaje: auto, auriculares, cabeza contra la ventanilla. ¿Qué es lo primero que se cruza por mi cabeza? Mi sueño obviamente, en otras palabras, Gonzalo y la misma pregunta de siempre que golpea puertas sin encontrar respuestas: ¿Cómo había llegado a amarlo así? Mire mi celular, como habitualmente hacia para evitar preguntas incomodas, pero esta vez me lleve un sorpresa.
No, paren con la ilusión, no era ningún mensaje.
Era miércoles 19 de marzo, si, ¿mire bien?  Si, 19. Mi cara de sorpresa evidentemente, llamo la atención de mi hermano que me miraba con cara de: si, sos rara. Pero bueno, hoy era 19. Ya había pasado un mes, treinta días. Un ruidoso wow salio de mi boca, lo que produjo la mirada de mi hermano otra vez. Un mes, en realidad, pensaba que había pasado más tiempo. Peor la palabra mes, sonaba fuerte. Me explico mejor, un mes desde el maldito dia en el que Gonzalo se volvió más importante para mí, un mes desde que cosas “distintas” comenzaron a pasarme.
Que shock, un mes ¿el se dará cuenta? Reí. Motivos:
  1. Gonzalo no tiene idea, de lo que siento por el.
  2. Gonzalo y darse cuenta son palabras casi imposibles de juntar en una oración.
Claro, pero como es que explico esto. Si ni siquiera explique quien soy yo, y quien es Gonzalo.
Mi nombre es Caro, tengo trece años y tres cuartos. Me gusta sacar fotos escribir (y Gonzalo). Me doy risa,en especial cuando hago acotaciones como el paréntesis anterior. Y bueno, no tengo mucho para decir sobre mí. Por eso, vayamos a lo “interesante”, cosa que no soy sino él, como siempre.
Él es, bueno, Gonzalo, tiene catorce años y la sonrisa mas linda. Le gustan las chicas, el deporte, y más chicas. Mi relación con el, es em, rara. ¿Como lo explico? Es el típico, te digo cosas lindas, pero esas mismas cosas se las digo a ciento veinte chicas  más al mismo tiempo. Es un chico muy lindo (aunque mis amigas digan lo contrario), castaño, alto y con esa sonrisa, pueden imaginarse todo un ganador. Bueno, basta,  porque estoy dejando de lado, lo malo de el, lo que odio. Para resumir se puede decir, que Gonzalo es una persona mentirosa, chamuyera, inmadura, que no se toma nada enserio, que miente mucho, que no le importa nada, miente, es un creído y no se si les conté que miente.
Caigo en la realidad, de mi mama avisándome, que llegue a otro día de tortura, perdón, quise decir colegio. Vamos a ver que puedo rescatar de este día, adiós. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario