a veces la vida, el destino y hasta a veces la coincidencia nos muestran cosas que no queremos ver, que creemos que no necesitamos. pero capaz si lo necesitamos, porque ese algo nos abre los ojos y nos pone cara a cara con las cosas que nunca quisimos afrontar. cuando aprendes algo, es cuando tus lagrimas valieron la pena. y aunque eso que viste por el momento,no lo puedas sacar de tu cabeza y duela, ahí en el corazón; tranquila ya va a pasar. no hay mal que dure cien años, ni nadie que lo merezca. otras veces queremos pensar que todo lo malo que pasa esta preparándonos para algo muy bueno, cosa que a veces pasa y otras veces no. porque no es necesario pasar del llanto a la risa en segundos. tenemos que entender que el color rosa no dura para siempre, y que los grises son inevitables pero no por eso eternos. y que a veces hace falta sufrir para entender que no todo es lo que parece, ni lo que queremos.
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